Contacto.
Av. Corrientes 1530
5° Piso. Buenos Aires, Argentina

Teléfono:
011 5030 9898 (Int. 1205)
fundacionamigos@complejoteatral.gob.ar
Nombre y Apellido
E-mail
Comentario o motivo
FOTOS
Becas Ana Itelman
ANA ITELMAN
"VIVIR PARA BAILAR"
(Imágenes de los becarios Ana Itelman)
Becas 2022

El Programa de Becas Ana Itelman, creado en 2007 por iniciativa de la Fundación Amigos del Teatro San Martín, permite que los alumnos y alumnas del Taller de Danza Contemporánea que se destacan por su nivel académico y artístico reciban ayuda económica para desarrollar sus estudios.

La cursada en el Taller de Danza es tan exigente como prestigiosa, en palabras de uno de los beneficiarios de la beca, Luca Octavio Loza Pérez, es un espacio que “brinda y regala todos los días un desafío a cumplir”. Los alumnos ingresantes son muy jóvenes y la dedicación que esta formación implica suele ser incompatible con la posibilidad de tener un trabajo en simultáneo. Es por eso que la Fundación Amigos del Teatro San Martín tomó la iniciativa de crear una beca para apoyarlos. Para Gabriela Nahir Azar, bailarina seleccionada de 21 años oriunda de Mendoza, la beca “resulta un alivio y una ayuda enorme para poder continuar con mis estudios y enfocarme en mis objetivos”. Al igual que ella, lo sienten muchos de los otros ganadores.

Las Becas Ana Itelman 2022 fueron otorgadas a seis alumnos, los cuales fueron elegidos luego de atravesar una serie de instancias de selección. Los postulantes al Taller debían tener entre 17 y 21 años, un mínimo de 4 años de formación contínua en danza clásica y contemporánea y presentar un curriculum. En primer lugar, los alumnos participantes fueron preseleccionados por la Dirección Artística del Taller de Danza y miembros del cuerpo docente. La lista final de candidatos y sus antecedentes fue presentada a la Fundación Amigos del Teatro San Martín. Por último, se llevaron a cabo las audiciones, presididas por un prestigioso jurado, este año compuesto por Andrea Chinetti, Oscar Araiz y Alejandro Cervera, quienes tuvieron la última palabra acerca de quienes serían premiados.

El Taller de Danza debe ser comprendido como un espacio que ofrece la posibilidad única de investigar y compartir con compañeros y docentes de primer nivel, que acompaña en el proceso de nutrir y potenciar la danza, como cuenta Camila Arechavaleta. Es por este motivo que el Taller recibe constantemente alumnos de todo el país. Esto implica que muchos de los jóvenes tengan que enfrentar el reto de trasladarse solos a la Ciudad de Buenos Aires, lo cual resulta un inmenso desafío, tanto económico como emocional, aún más a la hora de dedicarse a un arte tan demandante como lo es la danza. Por lo tanto, es de gran agrado anunciar que este año la Beca fue otorgada, entre otros, a alumnos de Córdoba, Santa Fe y Mendoza, a quienes el reconocimiento les recuerda, en palabras de Gastón Ezequiel Gómez, que “el arte es quien los salvará ante cualquier adversidad”. 

Sin embargo, el reconocimiento que las becas implican no sólo significan un apoyo económico, sino que reafirman a los alumnos que el camino que han elegido es el indicado y les abre puertas a futuro, como relata Abril Vázquez. Las Becas Ana Itelman tienen el poder de afianzar la confianza de los ganadores, recordándoles que por más que enfrenten obstáculos y complicaciones cada beca es “una ayuda muy grande para seguir estudiando en un lugar dónde todos los días son un desafío para seguir creciendo, dónde compartimos experiencia entre compañeros tan talentosos y maestros que nos abren puertas a tanto conocimiento” como comparte Juliana Ludueña de Melo.



VIVIR PARA BAILAR
Imágenes de los becarios Ana Itelman
Se crea a comienzos del año 2007 como una iniciativa de los miembros de la Fundación Amigos del Teatro San Martín. En el Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín se forman los bailarines que podrán integrar, eventualmente, el Ballet Contemporáneo del Teatro General San Martín. Por ello, resulta de interés para el Complejo Teatral de Buenos Aires que aquellos alumnos del Taller que se destaquen por su nivel académico y sus posibilidades artísticas, pero que no posean suficientes medios para cursar sus estudios, reciban ayuda económica.
Becas 2021
Becas 2020
Becas 2019
Becas 2018
Becas 2017
Becas 2016
Becas 2015
X
Becas 2022

El Programa de Becas Ana Itelman, creado en 2007 por iniciativa de la Fundación Amigos del Teatro San Martín, permite que los alumnos y alumnas del Taller de Danza Contemporánea que se destacan por su nivel académico y artístico reciban ayuda económica para desarrollar sus estudios.

La cursada en el Taller de Danza es tan exigente como prestigiosa, en palabras de uno de los beneficiarios de la beca, Luca Octavio Loza Pérez, es un espacio que “brinda y regala todos los días un desafío a cumplir”. Los alumnos ingresantes son muy jóvenes y la dedicación que esta formación implica suele ser incompatible con la posibilidad de tener un trabajo en simultáneo. Es por eso que la Fundación Amigos del Teatro San Martín tomó la iniciativa de crear una beca para apoyarlos. Para Gabriela Nahir Azar, bailarina seleccionada de 21 años oriunda de Mendoza, la beca “resulta un alivio y una ayuda enorme para poder continuar con mis estudios y enfocarme en mis objetivos”. Al igual que ella, lo sienten muchos de los otros ganadores.

Las Becas Ana Itelman 2022 fueron otorgadas a seis alumnos, los cuales fueron elegidos luego de atravesar una serie de instancias de selección. Los postulantes al Taller debían tener entre 17 y 21 años, un mínimo de 4 años de formación contínua en danza clásica y contemporánea y presentar un curriculum. En primer lugar, los alumnos participantes fueron preseleccionados por la Dirección Artística del Taller de Danza y miembros del cuerpo docente. La lista final de candidatos y sus antecedentes fue presentada a la Fundación Amigos del Teatro San Martín. Por último, se llevaron a cabo las audiciones, presididas por un prestigioso jurado, este año compuesto por Andrea Chinetti, Oscar Araiz y Alejandro Cervera, quienes tuvieron la última palabra acerca de quienes serían premiados.

El Taller de Danza debe ser comprendido como un espacio que ofrece la posibilidad única de investigar y compartir con compañeros y docentes de primer nivel, que acompaña en el proceso de nutrir y potenciar la danza, como cuenta Camila Arechavaleta. Es por este motivo que el Taller recibe constantemente alumnos de todo el país. Esto implica que muchos de los jóvenes tengan que enfrentar el reto de trasladarse solos a la Ciudad de Buenos Aires, lo cual resulta un inmenso desafío, tanto económico como emocional, aún más a la hora de dedicarse a un arte tan demandante como lo es la danza. Por lo tanto, es de gran agrado anunciar que este año la Beca fue otorgada, entre otros, a alumnos de Córdoba, Santa Fe y Mendoza, a quienes el reconocimiento les recuerda, en palabras de Gastón Ezequiel Gómez, que “el arte es quien los salvará ante cualquier adversidad”. 

Sin embargo, el reconocimiento que las becas implican no sólo significan un apoyo económico, sino que reafirman a los alumnos que el camino que han elegido es el indicado y les abre puertas a futuro, como relata Abril Vázquez. Las Becas Ana Itelman tienen el poder de afianzar la confianza de los ganadores, recordándoles que por más que enfrenten obstáculos y complicaciones cada beca es “una ayuda muy grande para seguir estudiando en un lugar dónde todos los días son un desafío para seguir creciendo, dónde compartimos experiencia entre compañeros tan talentosos y maestros que nos abren puertas a tanto conocimiento” como comparte Juliana Ludueña de Melo.

X
Becas 2021

Los ganadores de las Becas Ana Itelman 2021 resultaron Agustín Ignacio Fiego, Arsalam Toyama Leiva, Catalina Weber y Julieta González.

X
Becas 2020

El 2020 fue un año atravesado por la pandemia del Coronavirus. El Taller de Danza Contemporánea continuó de forma virtual con sus clases para que los alumnos, residentes de todo el país, pudieran continuar con su formación.

La Fundación Amigos del Teatro San Martín brindó apoyo a los bailarines con una edición extraordinaria de las Becas Ana Itelman. Ese año, resultaron beneficiarios Facundo Agustín Marcel, Rodrigo Nahuel Bonaventura Ríos, Brian Nicolás Moyano Reinoso, Ignacio Gabriel Mercado Miranda, Arsalam Toyama Leiva, María Agustina Imperiali, Facundo Sebastián Ferreyra, Víctor Santiago García, Marcos Antonio López, María Lina Solé, Alejo Isaac Herrera y Daniela Verónica Pereyra.

X
Becas 2019

Los ganadores de las Becas Ana Itelman 2021 resultaron Julieta Gonzalez, Alejo Isaac Herrera, Rocío Daniela Duarte, Lihuen Elias Fiorotto, Violeta Paz Ferrari Echenique, Mara Luz Wiernes Doval, Gloria Regina Araguna, Bárbara Sol Benavente.

X
Becas 2018

EL FUTURO DE LA DANZA

En el Taller de Danza Contemporánea se forman los bailarines que podrán integrar el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. El Programa de Becas Ana Itelman, creado en 2007 por iniciativa de la Fundación Amigos del Teatro San Martín, permite que aquellos alumnos que se destaquen por su nivel académico y sus posibilidades artísticas reciban ayuda económica para afrontar sus estudios. 

 

Camila Buzzi Carrocerase enteró del Taller de Danza mientras cursaba en la Escuela Municipal de Danzas de Mar del Plata. Por recomendación de compañeras que habían ingresado, recientemente presentaron. “Quería estar ahí”, recuerda Camila. “Recién al segundo año pude ingresar”. Luego de mandar un currículum vitae, los preseleccionados de entre 17 y 21 años asisten a una audición que incluye pruebas rítmicas, físicas y clases que implican etapas eliminatorias. De un promedio de 300 postulantes, solo ingresan 25 cada año al Taller, un espacio de formación gratuito en danza contemporánea. Incluye actividades de lunes a sábados y tiene una duración de tres años. Para Camila “no se trata sólo de venir y cumplir, es una forma de vida”. Ella es de Mar del Plata y trabaja para sostenerse. “Alquilo mi departamento, pago mis cuentas, compro la comida, en función de estudiar y ponerlo todo al servicio de la danza. La beca me permitió afrontar esto”.
Los becarios, que están cursando el segundo y el tercer año del Taller, provienen de geografías alejadas de la Ciudad de Buenos Aires. 

 

Armando Ressi vino desde Jujuy. “Estamos muy orgullosos y queremos agradecer la posibilidad de este espacio gratuito de excelencia, con profesores que te forman no sólo como bailarín, también como coreógrafo, como intérprete capaz de investigar la danza y practicar la docencia”.
El taller demanda un entrenamiento físico diario, además de ensayos, funciones y horarios extras. Se agregan materias como Luminotécnica o Historia de la Danza, el taller coreográfico en primer año, los trabajos de tesis en tercero, clases de técnicas formativas y análisis de movimiento. 

 

Para Sofía Passarelli, una de las seis beneficiarias de las becas Ana Itelman, “te revoluciona a nivel artístico y personal. Uno se va nutriendo en estos tres años muy profundos, nos vemos todos los días. Somos una gran familia. Más allá de la ayuda económica, lo tomo como un incentivo, algo que posibilita seguir haciendo y formándote por este lado tan personal”. 

Tres de los becarios provienen de Florencio Varela, de Moreno y de la zona norte de la provincia de Buenos Aires. “Más allá de que el taller es gratuito, nosotros vivimos lejos, viajamos todos los días dos horas de ida y de vuelta. Por eso la beca es una ayuda importante”, afirma Facundo Idio. El ritmo de actividades hace que pasen la mayor parte de su tiempo en la ciudad de Buenos Aires y sólo dispongan de los domingos para descansar o hacer las tareas de la casa. 

Los becarios tienen compañeros de Chile, Venezuela y Bolivia, como es el caso de Jesús Rea López. “En la ciudad de la Paz, la formación artística me resultaba incompleta”, señala Jesús. “Dejé a un lado lo que conlleva quedarme, me despedí de la familia y empecé a extrañar. Después ya nada es igual. Con los compañeros trabajamos con lo mismo. He pasado momentos complicados y lo que me mantuvo es la danza, lo que nos ayuda a salir de las dificultades”. 


“A través del taller uno crece en lo físico, en lo conceptual y en lo emocional”, agrega Armando. Para Sofía, “es un lugar del que salís formado en muchos sentidos, como persona, “te mueve” y modifica. La mayoría de nosotros venimos de una escuela de danza barrial, y si uno quiere dedicarse al arte, se encuentra con todo este espectro nuevo, el profesionalismo”. 

 

Los alumnos tienen la posibilidad de tomar clases con el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín una o dos veces por semana. “Es una experiencia profesional más grande que la que ya tenemos en el Taller, entender cómo funciona la Compañía y su trabajo”, afirma Agustina Mamsuk. “Tenemos la posibilidad de poder integrar el Ballet cuando terminemos el ciclo de formación”.
Según las vacantes disponibles, la orientación estética del Ballet y del tipo de bailarines, son muchos los caminos posibles de los egresados del Taller: crear compañías independientes, continuar en la docencia o la investigación de movimiento, aplicar a alguna beca dentro y fuera del país. Estos seis jóvenes bailarines, en un futuro próximo, se enfrentarán al desafío de la inserción profesional. “A veces son trabajos temporarios, pero se empiezan a abrir caminos”, agrega Camila. En una profesión donde nada es estable ni permanente, resulta vital prepararse y tener herramientas para poder ampliar el espectro de posibilidades. 

 

“La información sigue decantando en el cuerpo y cada uno tiene su tiempo”, reflexiona Sofía. Durante esos últimos años, distintos egresados se han dedicado a la danza clásica, al jazz, al folklore o a la danza contemporánea. “En tercer año se abre la posibilidad de ver otros lenguajes y van descubriendo qué afinidades tienen con esos materiales”, afirma Norma Binaghi, la directora del Taller de Danza Contemporánea. “Tratamos de que se vayan con lo mejor, que salgan al mundo lo más completos y preparados. Todavía quedan zonas pendientes: contar con un salón más grande donde profundizar las búsquedas. Siempre falta pero seguimos trabajando y pensando cómo crecer. Las becas Ana Itelman de la Fundación han sido y siguen siendo una gran ayuda y motivación para ellos, más allá que muchos tienen que seguir trabajando porque con eso sólo no les alcanza. Se empezó con cuatro becas y ahora tenemos seis, quizá todavía se puedan lograr algunas más. Ellos y también desde la institución estamos muy agradecidos.” 

 

X
Becas 2017

María Eugenia Pommorsky

María Eugenia Pommorsky (20) nació en Capital Federal y empezó a bailar a los catorce años en la escuela de danza Laura Raffino, donde también iban sus amigas. Pasado año y medio de tomar clases de clásico y contemporáneo, la profesora la llevó a ver una clase en el estudio de Olga Ferri, donde comenzaría a formarse con profesionales como Marisa Ferri, Gisela Munch, Analía Sosa y Paula Fontan. Simultáneamente, María Eugenia concurría a otros estudios, como el de Margarita Fernández (donde hacía elongación con Olga Aidarkina) y a Gurquel, con Gabriel Contreras. Además, cursó un año de la carrera de danza y acrobacia en Tigre con Ana Hepner y, en 2015, audicionó sin éxito para el Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín. Sin embargo, al año siguiente, mientras transitaba el segundo en la carrera de danza contemporánea en Arte XXI, volvió a intentarlo y esta vez lo logró. Ese año, además, participó como actriz figurante en La Traviata, la clásica ópera de Verdi, en el Teatro Colón. Para María Eugenia, la danza es “lo más hermoso” que hace, pero también, “la manera de vivir” que elije. En ese vínculo que tiene con la disciplina y con la formación que allí recibe radica la importancia que tiene el Taller para ella.


Daniela Pérez Ibarra

Gracias a una recomendación médica, Daniela Pérez Ibarra (22) comenzó a estudiar danzas a los cinco años en una escuela en Claypole, en la Provincia de Buenos Aires. A esa experiencia inicial le siguió otra en el barrio porteño de La Paternal y, más tarde, ingresó a la Escuela Nacional de Danzas N° 2 “Jorge Donn”, donde se recibió de maestra. Un año después, comenzó a cursar en la UNA (Universidad Nacional de las Artes) y, en 2016, ingresó al Taller de Danza del San Martín. “En 2013, había visto una muestra de trabajos creativos del Taller en mi escuela. Ese día supe con absoluta certeza que quería estudiar y pertenecer  a él”, relata Daniela, oriunda de Lima, Perú. No obstante, antes de lograrlo, audicionó dos años consecutivos: “Fueron los más difíciles económicamente para mi mamá y para mí. Le debo a ella haber podido persistir”. Para Daniela, el Taller representa la oportunidad más grande para formarse: “Tuve la suerte de conocer maestros como Haichi Akamine, Liliana Belfiore y Mimí Szleszynski. “Bailar es una decisión que renuevo constantemente, atraviesa todos los aspectos de mi vida. Cuando bailo, encuentro una gran satisfacción. Voy superando mis propios límites y, al mismo tiempo, lidio con ciertas frustraciones (la contracara del “sueño del bailarín profesional”), relacionadas a la incertidumbre y a las exigencias de la disciplina. De todas formas, acepto felizmente esas dicotomías relativas a la danza porque tengo la convicción de que los bailarines somos actores políticos, y la danza una práctica social, movilizada por una vocación de comunicar, de conmover y ser conmovidos”.


Elisa Michel

“Bailar es lo que quiero hacer todos los días: lo elijo, lo amo y lo necesito”. Así describe Elisa Michel (20) su relación con la danza. Con sólo cuatro años, comenzó a bailar jazz y danza contemporánea en el Instituto Ysis –con Silvana Ferrari y Mariana Cabrera–, en Gualeguaychú, Entre Ríos, su municipio natal. A los doce, incursionó en clásico en el instituto de Silvia Marchesini, donde se enteró de la existencia del Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín a través de una compañera, y decidió audicionar. Tras haber pasado la prueba, dejó su amada ciudad para radicarse en Buenos Aires: “El Taller es un lugar gratificante. Además de tener una formación profesional con excelentes maestros, me dio la confianza para seguir en un camino tan arduo como el de la danza”. Según Elisa, se trata de un espacio en el que los problemas no suponen una dificultad, sino más bien una posibilidad de crecimiento. “Una vez que alguien conoce realmente la danza, no puede dejarla”, asegura.


Facundo Eduardo Idio 

Nacido en San Miguel, Provincia de Buenos Aires, Facundo Eduardo Idio (23) comenzó a bailar a los trece años en la Escuela de Comedia Musical de Valeria Lynch. “Fue gracias a mi tía: ella vio que me gustaba bailar desde muy chico”. Dado que su familia no podía costearlo, su tía solicitó una beca para él y le fue otorgada. En ese entonces, asistía a una escuela técnica y su único horario libre era los sábados, por lo que se anotó en comedia musical, la disciplina más cercana a lo que quería aprender. Luego de tres años de estudiar allí, comenzó a entrenarse en jazz, ballet y hip hop. Su talento lo llevó, en el marco de los congresos internacionales que organizaba la escuela de Valeria Lynch, a obtener dos becas: la Jacob´s Pillow (2013) y otra en la Universidad de Point Park, en Pittsburgh, Estados Unidos (2015). Facundo sólo pudo aprovechar la primera de ellas. En 2014 estudió Teatro Musical en la Escuela de Danzas de Julio Bocca y, al año siguiente, ingresó al Taller del San Martín, gracias a algunas de sus maestras de danza como Julieta Carbonell, y más tarde, Sonia Von-Potobsky, quienes lo convencieron de intentarlo. Poco tiempo después, sufrió una lesión en la columna y tuvo que dejar el Taller para rehabilitarse. Pero unos meses más tarde se reincorporó, aunque por su ausencia tuvo que recursar en 2016. Nada lo detuvo: estaba feliz de volver al Taller. Diariamente, Facundo viaja más de cuatro horas para poder formarse. ¿Qué es bailar para él? “Es mi vida, mi pasión, todo lo que amo. Es tener un instante en el que realmente soy yo”.

X
Becas 2016

Oriundo de Salta, Gastón Bongiovanni comenzó su formación en 2006 en la Academia de Liliana Rinaldi, donde incursionó en jazz, clásico, hip hop, ritmos caribeños y zapateo irlandés. A fines de 2012 estudió contemporáneo con la coreógrafa Sandra Rearte y, un año más tarde, viajó a Buenos Aires para ingresar al curso de varones del Instituto Superior del Teatro Colón. Luego se perfeccionó con Martín Miranda en la escuela Arte XXI y tomó clases particulares con maestros como Aichi Akamine en 2014. Al año siguiente audicionó con éxito en el Taller de Danza del Teatro San Martín: “Tanta dedicación dio sus frutos”, dice Gastón emocionado. “La atención de los maestros está puesta en el crecimiento de cada uno de nosotros”. Para Gastón, hoy el Taller es su familia y le da la posibilidad de ser su mejor versión. “Bailar soy yo. Me termina de formar internamente. Me moviliza. Me permite estar presente, poder disfrutarme en cada paso, hacer vibrar mi vida”.

Eliana Picallo nació en Pigüé, “un pueblito de la Provincia de Buenos Aires, cerca de Bahía Blanca”, describe con humildad. A los siete era hiperactiva y, como nada la entretenía, espiaba a las alumnas del Instituto Coreográfico Pigüé: “Un día salió la profesora y me dio un papelito con los horarios para que arrancara a estudiar clásico”. Sus primeros pasos en contemporáneo fueron a los doce, pasando por técnicas como Flying-Low, Graham y Muller, hasta que terminó el secundario y decidió audicionar para el Taller: “En ese momento no sé si era consciente del lugar al que entraba, pero sentía que tenía que estar ahí”, confiesa. “Quisiera que la formación no termine nunca, porque el abanico de posibilidades y desafíos que propone el Taller es increíble, como experimentar mi lado compositivo, que era algo que jamás había transitado”. ¿Qué es bailar para Eliana? “Ser uno mismo en su mayor expresión sin pensar en nada externo. La danza no es algo en mi vida, sino que es mi vida”.

A los diecisiete años Marcos Ormeño estudió folclore en Villa Unión, Provincia de La Rioja. Por entonces, su mamá le recriminaba que sus únicas actividades eran la escuela y el básquet. Pero de pronto la danza se volvió más importante: “Mi papá es músico, mi madre ama la danza. El arte está en mis venas”, confiesa. Un año después viajó a la capital de su provincia para aprender danza contemporánea y técnicas mixtas. Marcos formó parte del Ballet Municipal durante tres años, profundizando en diversas técnicas. En Santa Fe conoció a integrantes del Ballet Martín Fierro, quienes lo invitaron a bailar y le contaron del Taller del San Martín. Aunque no se tenía mucha fe, en 2014 se animó y probó que podía: “No había estudiado clásico, por lo que tuve sólo medio año para aprender. Mientras, era alumno condicional”. Marcos superó el desafío de asimilar la danza clásica a los veintidós años. “Estoy muy agradecido con Norma Binaghi por darme la oportunidad de una formación académica por primera vez en mi vida. Antes me movía por la emoción, sin entender muchos aspectos de la danza”. Al bailar, Marcos disfruta explorando mundos propios y aquellos que los coreógrafos le proponen. 

A los ocho años Andrea Pollini le anunció a su familia que quería bailar. Y lo logró: la llevaron a la Escuela Municipal de Danzas Norma Fontenla en Mar del Plata, donde vivía hasta que se mudó a Buenos Aires. El sueño de Andrea era vivir de la danza, a la que define como una necesidad básica. “Disfruto muchísimo bailar y compartirlo con quienes quieran apreciarlo. Por eso, estudiar en el Taller es alcanzar un lugar increíble de formación profesional y artística, pero también humana”. A sus veinte, hoy está cursando el último año, mientras se perfecciona en danza clásica en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón.

X
Becas 2015

MATÍAS CORIA, 20 AÑOS 

“Ganar esta beca fue un enorme logro personal, lo siento como un premio a tantos años de esfuerzo. Además, es una gran motivación ya que me ayuda a vivir tranquilo, sin ningún tipo de ayuda económica, con la beca me puedo dedicar a mi pasión, la danza”.

Matías nació en la provincia de San Luis, en el pequeño pueblo de Unión, en el que todos los vecinos se conocen. Como es tradición allí, a los 5 años empezó a bailar folklore, y cuenta que, a pesar de su cortísima edad, “algo de eso me atrapó y quedé metido para siempre en el mundo de la danza”. Años después, estudiando danza clásica en la ciudad de San Luis, oyó hablar del Taller Contemporáneo y se dio cuenta de que lo que había empezado como un hobby se estaba transformando en una pasión que quería perseguir profesionalmente.

Fue así como en el año 2013, mientras terminaba de cursar la escuela secundaria,  participó de una audición por video para el Boston Ballet, en EE.UU. Sin demasiadas expectativas, envió su DVD… y resultó seleccionado para asistir, becado durante dos meses, para perfeccionarse técnicamente en una de las compañías de ballet más importantes de Norteamérica. Ese mismo año llegó también a la final de los Premios Julio Bocca.

Al regresar a la Argentina, participó de las audiciones para ingresar a la compañía de ballet dirigida por Iñaqui Urlezaga, y fue el único entre 200 candidatos que llegó a la etapa final de selección. En ese momento, decidió focalizarse en su proceso de formación académica e ingresó al Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín, presente en su mente desde hacía tantos años.

Matías recuerda con mucho cariño hasta hoy a su maestra en San Luis –Laura Torres Cappiello, a quien considera su gran mentora, amiga, y consejera-. Nos cuenta convencido que fue gracias a sus consejos y apoyo que logró entrar al Taller y ganar la Beca Ana Itelman: “Ganar esta beca fue un enorme logro personal, lo siento como un premio a tantos años de esfuerzo. Además, es una gran motivación ya que me ayuda a vivir tranquilo, sin ningún tipo de ayuda económica, con la beca me puedo dedicar a mi pasión, la danza”.

 

DAMIÁN SABAN, 22 AÑOS

“Que en segundo año tengas la posibilidad de que te vea el director de una compañía como el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín es una oportunidad única en la vida. Y haberla ganado entonces, es un reconocimiento a la constancia y paciencia que hay que tener para dedicarnos a esto”.  

A los tres años, Damián se inició en el mundo de la danza, acompañando a su hermana mayor que estudiaba danzas folklóricas, en el pueblito de Hermoso Campo, en el Chaco. De hecho, sigue conectado con el folklore, habiendo bailado hace muy poco en el Festival de Cosquín 2016. “Siento que bailo desde que estaba en la panza de mamá y le agradezco a la vida que me permitió dedicarme a esto”.

Siendo el mayor de 4 hermanos, siempre fue muy independiente. Por eso, siguió estudiando danzas regionales, flamenco, y clásica, a la vez que completaba sus estudios: “Mamá me apoyaba, incluso cuando le dije que me quería ir  a Resistencia a perfeccionarme. Pero siempre insistiendo en que terminara la secundaria”. 

Estudiando danza clásica en Resistencia, obtuvo una beca para estudiar en el Ballet del Chaco y luego en la Compañía Nacional de Danza, ya en Buenos Aires. Pero había oído hablar del Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín y decidió presentarse a una audición. Y resultó seleccionado. Damián cuenta que “te dan una formación que no existe a nivel mundial, que va más allá de lo académico, por la calidad de personas que conforman el taller”.

Al enterarse de la existencia de la Becas Ana Itelman, decidió presentarse: “Que en segundo año tengas la posibilidad de que te vea el director de una compañía como el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín es una oportunidad única en la vida. Y haberla ganado entonces, es un reconocimiento a la constancia y paciencia que hay que tener para dedicarnos a esto”.  El apoyo económico brindado por la beca le permitió dedicarse con tranquilidad a sus estudios en el Taller. Y le permite pensar en concretar un sueño: que su mamá lo vea bailar como miembro del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, en un futuro no muy lejano.

 

 

2015